jueves, 5 de mayo de 2011


Al abrigo de la campiña francesa, oculta de ojos fisgones, se levanta un castillo de mala fama que por siglos ha atraído a huéspedes con la promesa susurrada de hacer realidad cualquier sueño erótico. Entre sus paredes, se descubre un mundo de sensualidad, magia y misterio, cortesía de los residentes del château: seres inmortales solitarios, bellos y sensuales que hacen sus mejores esfuerzos por cumplir los deseos más secretos de sus invitados, incluso mientras persiguen su propia gratificación insaciable. Hay un elfo seductor y de gran estatura que puede mutar de hombre a mujer, una diosa cautivadora de la antigua Babilonia, un sátiro lujurioso y juguetón, un djinn obligado a satisfacer los apetitos no revelados de cualquier humano que toque y un vampiro tan sexualmente ambicioso como sediento de sangre.
En sus páginas se producen los encuentros más chispeantes de la casa, en el pasado y en el presente. Una pareja de amantes se encuentra cautiva (y transformada) por las demandas carnales de los huéspedes. Una aventurera que se presenta en el oscuro Club del Fuego del Infierno pasa de una negra misa a un calabozo equipado para disciplinar y corregir, donde un extraño hace realidad sus más oscuros deseos. Una científica virgen es introducida en los placeres carnales por un amante invisible. Una joven pareja, a la que se le prohíbe unirse en matrimonio a causa de un viejo tabú, encuentra esperanza en un sensual ménage à trois… La casa de los placeres ocultos es un viaje al reino del amor sensual y de la pasión erótica que, con seguridad, lo cautivará, lo seducirá y… lo extasiará.
Extraido de La casa del libro

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